Permanentemente estamos tomando decisiones en la vida, algunas acertadas y otras no. Pero invariablemente debemos comernos los frutos de las mismas, nos gusten o no. Aún las personas indecisas hacen decisiones, sin que se den cuenta, porque no decidir ya es una manera de decidir. ¿Cómo tomar sabias decisiones? Esa es la pregunta clave en todo este asunto, por lo cual te invito a considerar los siguientes 10 consejos:
– No tomes decisiones en momentos críticos, relájate, deja que las aguas revueltas se asienten y puedas analizar con frialdad las diversas opciones que se te presentan.
– Escucha el consejo de los entendidos. Aún los médicos cuando deben tomar decisiones serias convocan a una junta médica sólo para escuchar la opinión de sus colegas.
– Escucha las experiencias de otros, desde las más optimistas hasta las más pesimistas, ellas te darán una visión más equilibrada sobre un mismo tema.
– Escucha a los que están involucrados en tus decisiones, bien sea el cónyuge, los hijos o los empleados, pues aunque ellos no decidirán por ti, sí te darán otro ángulo de visión.
– Haz una lista de tres columnas donde puedas poner los “pro”, los “contra” y los “costos” de cada posible decisión.
– Ponte en punto neutral, ni a favor ni en contra, así tu decisión será más equilibrada.
– Ora a Dios con humildad pidiendo sabiduría, que Él te la dará abundantemente y sin reproche, pero pide sin dudar ni un ápice, con plena certidumbre.
– Estate atento a las respuestas de Dios, pues Él puede responder a través de las circunstancias, como algunas puertas que se abren y otras que se cierran; o a través de consejeros; o de una lectura bíblica; o de un sueño; o usando los dones espirituales de otros cristianos; o a través de tus propias inclinaciones hacia un determinado derrotero.
– Ora insistentemente por cada opción hasta que la paz de Dios inunde tu espíritu. Esa es una paz que funciona como un árbitro y la cual calma tu conciencia y te permite saber que todo está bien, bajo el control de Papá Dios y que el éxito está asegurado.
– Finalmente toma la decisión asegurándote de que la misma no va en contra de ningún mandato bíblico y que es fruto de la convicción, no de la emoción. El verbo “SENTIR” es uno de los más peligrosos en la vida espiritual, aparece sólo 12 veces en el Nuevo Testamento; en cambio el verbo “CREER” aparece 243 veces. Esto indica que hay que ser cristianos de convicción, no de emoción. Cuando alguien te diga que hace o dice las cosas dizque porque las siente en su corazón, prende las alarmas, estás ante un peligro.
Tomado de:
“Devocionales en Pijama”
de Donizetti Barrios
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